15 sept 2008

Asamblea Universitaria

Con los Arcor y Urquía no habrá democratización


- A dónde apuntan los proyectos de la Franja Morada y la Bisagra.

- Contrarreforma falsamente democrática


La Universidad Nacional de Córdoba, cuna de la Gran Reforma del 18, está por vivir una estafa histórica de proporciones. Sus camarillas profesorales gobernantes pretenden realizar una Asamblea Universitaria a fines de setiembre para eliminar lo poco que queda en pie de aquella gran Reforma acontecida hace 90 años atrás.

El libreto contrareformista esta vez ha sido acuñado por dos fuerzas estudiantiles, la Franja Morada y La Bisagra. Cada una de ellas ha elaborado su propio proyecto que a pesar de sus diferencias, apuntan en lo esencial al mismo lugar: consolidar el gobierno de las camarillas privatizadoras, destruir el cogobierno y reforzar por sobre todo el poder unipersonal de Decanos y Rectores.

Para que la farsa sea completa, intentarán consumar el fraude detrás de promesas `democráticas`. El papel de La Bisagra es particularmente pérfido. Hablarán de “elección directa”, de “democracia”, todo para escamotear que se han pasado definitivamente al campo de las camarillas privatizadoras y corruptas. No es casual que ya se empiece a sentir una rebelión en sus filas.

Aunque unos estén con el ‘campo` y otros `con el gobierno`, marchan a un compromiso para profundizar la política privatizadora.

La contrarreforma en marcha no sólo la apoyan la Franja y la Bisagra. También la saludan los grandes monopolios como Arcor, Urquía, Intel y cia. que todos los días firman “convenios” con la UNC para beneficiarse con sus instalaciones y sus profesionales y estudiantes.

Estos monopolios quieren “gobiernos fuertes” que defiendan sus intereses. No quieren democracia sino “gobiernos por decreto” de los Rectores y Decanos.

Si en el pasado los `progresistas` del Frepaso terminaron en los brazos de Domingo Cavallo, ahora nuestra Rectora, como todos los fieles exponentes del progresismo criollo, termina gobernando para la Fundación Mediterránea.

Los estudiantes, docentes y no docentes tenemos que sacar una conclusión: la farsa democrática es la pantalla de una contrarreforma hecha a la medida de la Fundación Mediterránea.

En vez de sotana, la `corda frates` de hoy es la de los Arcos y Urquía.

Ellos vienen por nosotros.

Es necesario oponerse. A 90 años de la gran reforma universitaria, planteamos: fuera los monopolios capitalistas de la UNC y sus camarillas privatizadoras. Abajo la contrarreforma falsamente democrática. Luchemos por una nueva reforma que termine con las camarillas y sus negociados. Luchemos por la defensa de la Universidad pública, laica y gratuita.

Que los Centros de Estudiantes se pronuncien. Que la FUC convoque un Congreso Extraodinario para discutir su posición.

Llamamos a todo el movimiento estudiantil y docente a deliberar como y de qué manera derrotamos esta ofensiva.


Vamos por parte

Actualmente, el gobierno de la UNC se elige mediante elección directa para todos los claustros, menos para los docentes.

Está compuesto de 24 consiliarios docentes, 8 consiliarios estudiantiles, 3 consiliarios egresados y 1 consiliario no docente.

En este órgano, el consejo superior, es donde reside al menos formalmente, el poder político de la UNC.

No hace falta ser muy observador para darse cuenta de que los docentes tienen una sobre representación (exactamente el 66,66%), lo cual no es muy democrático.

En el caso de las facultades, los gobiernos se llaman consejos directivos: todos sus miembros son electos por voto directo y se componen por 9 Consejeros docentes, 6 estudiantes, 2 egresados y un no docente. Este órgano es el gobierno de las facultades.

El Rector y los Decanos son representaciones ejecutivas, por lo tanto, por lo menos formalmente, no tienen poder por sí mismas. En el caso de los Decanos, son elegidos por los consejeros docentes, estudiantiles, egresados y no docente de una misma facultad; en el caso del Rector, lo elige una asamblea de todos los consejeros de todas las facultades. Es decir, la suma de todos los gobiernos de facultades elige el cargo ejecutivo que significa ser Rector.


¿Los consejos son el cogobierno?

La constitución de un consejo como órgano de gobierno colegiado, compuesto por representantes de todos los claustros, fue una conquista de los reformistas del 18’. Esta idea original se ha visto modificada a lo largo del paso del tiempo, pero más aún con la LES menemista. Ésta estableció que los docentes no pueden ser menos del 50% de los órganos de los consejos y habilitó reglamentaciones que otorgan mayores atribuciones a los cargos ejecutivos (Rector y Decanos). La más conocida de ellas es la resolución Rectoral o decanal ad referéndum del consejo.

Esto tenía y tiene por objeto fundamentalmente mellar el poder que reside en los consejos, en función de los Decanos y Rector para hacer pasar con mayor facilidad las contribuciones, el cupo y demás medidas privatistas y destructoras de la universidad.

De esta forma, y de la mano de la LES menemista, fueron creciendo las figuras de Rector y Decanos, en desmedro de la representación de los claustros y el cogobierno.

En la actualidad, el Rector y los Decanos son elegidos por los consejeros directivos.

El primer problema que se nos plantea es que la representación que se asigna a cada claustro es una deformación de la realidad, que sigue la misma lógica antes descripta. Por lo tanto, la composición del gobierno es un debate de primer orden ya que los consejos, tal cual se constituyen hoy, no representan el cogobierno, sino una suerte de dictadura docente sobre el resto de los claustros.


Los proyectos para “democratizar”

Los dos grandes bloques en los que se ha dividido el Rectorado en torno a la Asamblea Universitaria difieren sustancialmente en las formas, pero la implementación de cualquier variante planteada por estos sectores tiene el mismo efecto político.

Un sector plantea la elección de Rector y Decanos mediante una votación de todas las facultades y claustros, estableciendo una ponderación. Es decir que: a) todas las facultades tienen el mismo peso electoral sin importar la cantidad de docentes, estudiantes, egresados y no docentes voten; b) establece una ponderación sobre los claustros: 50 % docentes, 33,33% estudiantes, 11,1 egresados y 5,55% no docentes. Así, de entrada mantienen la deformación representativa que estableciera la LES menemista, por lo que mantienen la supremacía docente sobre el resto de los claustros.

El otro sector plantea, aunque con algunos matices, la constitución de una “colegio electoral”. Esto sería como el actual sistema (Asamblea Universitaria) con la diferencia de que se eligen los representantes de los claustros únicamente para elegir al Rector. En la mayoría de los casos que defienden este sistema, se mantiene la proporcionalidad de los consejos.

Pero si el efecto político de fondo es el mismo: ¿Por qué presentan proyectos diferentes, e incluso “métodos” diferentes para la elección de los cargos ejecutivos?

Esto radica en las necesidades políticas de cada uno de los alineamientos. Mientras los radicales mantienen un fuerte y extendido aparato en las distintas facultades, la elección por “colegio electoral” les garantiza la posibilidad de hacer pesar ese aparato para el armado de listas y la votación posterior en el colegio electoral.

Por el otro lado, el progresismo no cuenta con las ventajas de aparato del radicalismo. Todo lo contrario: va de fractura en fractura, pero cuenta de su lado con los docentes de mayor prestigio, por lo tanto con los más “candidateables”. Por lo tanto, defiende la votación como forma de resolver su dispersión y encolumnarse detrás de un candidato, sin necesidad de armar listas y demás.

De todos modos tanto un planteo como otro, al establecer una forma de elección diferenciada de la de los Consejos u órganos de gobiernos universitarios, establecen una suerte de doble representación, pues ¿en quién delegan la representación los miles de estudiantes, los cientos de docentes y no docentes?

¿En sus consejeros, miembros de sus mismos claustros, o en el Rector y Decano?

En este punto es bueno aclarar que no es válida una comparación con la estructura política del país, porque mientras en la nación todos los ciudadanos pertenecen a una misma “condición” (no existen claustros), al menos formalmente, tienen los mismos derechos políticos a partir de los 18 años. También, en términos formales, cualquier ciudadano puede ser electo presidente. En la universidad no pasa lo mismo, porque sólo pueden ser Decanos o Rectores los docentes y no todos, sólo los titulares que no son más de mil, para una comunidad universitaria de más de 150 mil integrantes.

Por otro lado, mientras en la nación existe un presidente, gobernadores y paralelamente legislaturas y organismos de tipo legislativo, en la universidad los consejos deben concentrar el poder porque son el gobierno compuesto por estudiantes, docentes, no docentes y egresados, elegidos por voto directo de sus pares. Aunque no es exactamente así en los docentes. En el caso de estos, en primer lugar no votan ni pueden ser elegidos todos. En segundo lugar, existe una diferenciación de acuerdo al cargo: mientras los titulares son una minoría frente a los EX JTP, eligen la misma cantidad: tres representantes.

A partir de poner en práctica, ya sea la elección mediante el voto o el colegio electoral, de los cargos ejecutivos se está atacando al cogobierno, ya que sólo los docentes titulares pueden ser electos Decanos o Rector. No se trata de democratizar de ninguna manera, ya que la representación de los claustros delegada en el Rector o los Decanos tarde o temprano tendrá su formalización en los estatutos.

Establecer mecanismos de elección de las autoridades unipersonales como los que aquí se plantean, no es otra cosa que el intento de desplazar el poder político que, al menos formalmente, hoy tienen los consejos (órganos colegiados con representación estudiantil, docente, no docente y egresado) a una forma de tipo presidencialista. Esto, sin que todos los miembros de la comunidad universitaria gocen de la posibilidad de ejercerla.

Detrás de los diferentes proyectos se esconde un objetivo común: el de fortalecer la dominación de un sector ínfimamente minoritario de la comunidad universitaria, el de los titulares, que son quienes pueden ser Rector o Decanos. De esta manera, se traslada el poder político íntegramente a un Rector y a doce Decanos.

¿Qué tiene esto de democratizador?


De la democratización al Rector y los Decanos de Intel y Arcor.

La concentración del poder político en los cargos ejecutivos es una necesidad para garantizar el ingreso de capitales privados y sortear el conjunto de reclamos como los salariales, edilicios, de financiamiento, etc.

Fortalecer la dominación de un minoritario sector docente, significa defender los intereses del sector social que hoy quiere echar mano definitivamente de los recursos que dispone la UNC. Esto es profundizar la “alianza entre los sectores productivos y la educación” que no es otra cosa que subordinar los recursos humanos, académicos y científicos de los cuales dispone la UNC a los negocios y necesidades de los grupos capitalistas. Al presentar los convenios con empresas como avances en la producción e investigación técnica, se esconde que en realidad son salvajes subsidios al capital, que restringen y atacan la producción y actividad académica y científica.

¿Cómo es esto?

El gobierno provincial aprueba convenios con empresas como Intel, Aceitera General Deheza o Arcor, eximiéndolos de impuestos, subsidiando salarios y edificios y entre las “exigencias” del estado provincial aparecen la de becas e “inversiones” en la Universidad por parte de los grupos que gozan de las exenciones impositivas.

Por su lado, las empresas, lejos de “devolver” estos favores al gobierno provincial, invirtiendo en la UNC, ven facilitado su acceso a las instalaciones, recursos humanos y técnicos de la Universidad Nacional de Córdoba. Así los explotan y utilizan para desarrollar sus investigaciones, sin invertir un peso, sino todo lo contrario, ganando extraordinariamente y quedándose con la explotación de las patentes por un largo período.

No pagan impuestos, no financian centros de investigación, laboratorios, científicos propios sino que se ahorran millones con los regalos de Schiaretti y usan las instalaciones y recursos (docentes y estudiantiles por medio de pasantías baratas) de la UNC. En el caso de que “inviertan” en las facultades, no tiene ni de lejos comparación con los que se “ahorran”.

La estafa democratizadora de la asamblea universitaria tiene por objetivo avanzar en la dominación de un sector minoritario de los docentes, a tal punto que los proyectos presentados, en particular cualquier variante de “elección directa”, plantea la posibilidad concreta de que los Decanos y Rectores “inventados” por los grupos económicos, lleven adelante los intereses de determinados sectores de las cámaras patronales industriales o comerciales.

¿Cómo es posible que un grupo económico invente un Decano o Rector?

La respuesta es tan simple como que basta con que cualquier monopolio de las comunicaciones se asocie a un sector industrial para “hacer campaña” por determinado docente.


¡Actuemos para democratizar!

La Unión de Juventudes por el Socialismo plantea que la democratización pasa por discutir la elección de representantes docentes mediante claustro único, sin distinción entre titulares, adjuntos y ex JTP. Pero centralmente una nueva composición de los órganos de gobierno que hoy mantienen una sobre representación docente. Por lo tanto planteamos una nueva composición estableciendo el criterio de igualdad entre docentes y estudiantes y en menor medida una igualdad entre no docentes y egresados. Proponemos 7 Docentes, 7 estudiantes, 2 egresados y 2 no docentes.

Un tema tan delicado como es la reforma del gobierno universitario no puede ni debe pasar inadvertido para el movimiento estudiantil y el conjunto de los claustros. Exige una deliberación del conjunto de la comunidad universitaria y no es precisamente lo que se alienta. No es mera casualidad.

Frente al intento de los distintos sectores que quieren hacer creer que existe un debate sobre el tema, cuando en realidad sólo se limita a los consejeros y los funcionarios de los decanatos, planteamos la inmediata convocatoria a un congreso extraordinario de la Federación Universitaria para discutir y resolver sobre este punto. También es imperioso que se pronuncien las comisiones directivas de los centros de estudiantes e impulsemos asambleas para mandatar a los consejeros/asambleistas, hacia la asamblea universitaria.

Impulsemos un gran proceso de deliberación y movilización del movimiento estudiantil, de los no docentes y docentes para dar por tierra el intento de fortalecer la dominación de un sector minoritario de docentes, como lo son los titulares, sobre el resto de los claustros. Elemento indispensable para seguir garantizando y profundizar la política de destrucción de la UNC.


Vamos por la democratización de la UNC.

Ni elección, ni colegio electoral.

Cogobierno elegido por voto directo con paridad docente – estudiantil


Union de Juventudes por el Socialismo
Partido Obrero


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